Si las rutas de bicicleta de montaña convencionales se te quedan cortas, asómate a la TransDinarica. Una ruta de nada menos 2.000 kilómetros de extensión y que recorre ocho países europeos, en una aventura apta para amantes del BTT.
Una de las ventajas de la actual Unión Europea es la libre circulación de ciudadanos entre países que forman parte de la misma. Algo que favorece a algunos deportistas, como los amantes de la bicicleta de montaña, que pueden disfrutar de largas rutas mientras recorren diferentes países, conocen distintas culturas y disfrutan de experiencias únicas con la mejor bicicleta de montaña como compañera.
Una de las rutas más largas e interesantes que tenemos a nuestra disposición actualmente es la TransDinarica. Una travesía que, en su recorrido, atraviesa ocho países europeos y recorre en torno a 2.000 kilómetros a través de una de las regiones más salvajes de Europa, en la que incluso se vivieron algunas de las batallas de la Primera Guerra Mundial. No obstante, las tres principales son las que analizaremos a continuación, aunque si las recorres por tu cuenta puedes llegar a donde desees.
Su organización
En la actualidad, aunque el sendero es único, lo cierto es que el mismo se distribuye en tres paquetes o propuestas, con diferentes kilometrajes. Y aunque es cierto que las mismas no son excesivamente distantes, es conveniente tomar diferentes enlaces entre ellas, para llegar más descansado a lo realmente importante. Una distribución que está a cargo de las empresas que diseñaron originalmente las rutas, de las que hablaremos más adelante.
En caso de que queramos hacerlo por nuestra cuenta, sí podemos movernos por la ruta completa, o bien por aquellas que queramos recorrer, dependiendo de nuestras preferencias.. Como referencia, cada una de las tres fases o etapas principales que comentamos a continuación tienen una duración estimada de una semana, a un ritmo tranquilo.
El comienzo, en Eslovenia
El comienzo de esta aventura se sitúa en los Alpes Julianos de Eslovenia, desde los que arranca la ruta y que son la primera prueba para ir poniendo las piernas a punto. Una ruta que transcurre entre vías de grava y lejos de la carretera hasta llegar a Bovec, que sirve de final de la etapa. A continuación, se disfruta del paso por las cascadas Boka y Zaga, donde se combinan tramos de tierra y cemento hasta concluir la ascensión. Pero esta no ha acabado, dado que la subida se incrementa hasta la zona de Petrock y el valle del río Tolminka, donde encontraremos los primeros vestigios de la Primera Guerra Mundial, como la iglesia del Espíritu Santo.
En este terreno se combinan descensos y ascensos en un paisaje único y muy agradable, en la profundidad de las montañas eslovenas. Una vez en llano, se recorre casi por completo la región eslovena de Kast, con algunas pequeñas subidas y bajadas, concluyendo esta parte de la ruta en el pueblo costero de Piran.
Croacia, próxima etapa
La llegada a Croacia se realiza a través del parque nacional de Risnjak, justo después de pasar cerca del mar Adriático. En esta parte del recorrido también se asciende a la cordillera de Velebit, en un nuevo terreno montañoso y complejo, para volver nuevamente hasta la costa. Un terreno quebrado y movido que nos prepara para la gran ascensión del día siguiente.
Hablamos de las montañas Velebit y el Sombrero de Zavizan, de 1.598 metros de altura, que se convierte en el techo de esta parte de la ruta. Una vez arriba, el día siguiente se dedica a recorrer los paisajes de estas montañas, donde se mezclan bosques inmensos y unas interesantes imágenes de naturaleza formadas hace miles de años. Tras bajar las montañas, se llega a la región de Lika, famosa por sus fértiles tierras, sus ríos cristalinos y su rica vida salvaje, poniendo el fin en un nuevo recorrido por la zona de Velebit, una ruta que recorre algunas vías creadas durante el siglo XIX por el imperio Austrohúngaro, que por aquel entonces gobernaba estas tierras.
Serbia, la fase final
La parte final de este recorrido recorre Serbia, partiendo desde el lago Blidinje. A partir de aquí se realiza una ruta de oeste a este, en un recorrido de unos 380 kilómetros aproximadamente. Un terreno complejo a través de vías de difícil trazado, pero que a la vez nos permiten recorrer zonas poco visitadas del país. En esta ruta se recorren ciudades como Mostar o Sarajevo, que sirve de punto final a la ruta.
Una ruta completa con la que se puede disfrutar de toda la belleza natural de la región, así como conocer algunos de los puntos más reconocibles del país, antaño asolado por los conflictos bélicos y hoy día tierra de paz encantada de recibir a los visitantes que se adentran en sus rutas.
Cómo realizar la ruta
La forma más conveniente de acceder a la ruta y sus diferentes etapas es contactar con alguna de las agencias que organizan viajes a través de esta ruta. Son varias las empresas de deportes de aventura, localizadas en los diferentes países por los que la ruta tiene su recorrido, las que se han unido para dar apoyo y organizar viajes por la misma. Este sistema nos permite contar con guías locales, que conocen perfectamente el terreno por el que nos movemos y también nos ofrecen otros servicios adicionales, tales como traslados a hoteles y desde el aeropuerto, gestionar el alojamiento o el apoyo mecánico, en caso de que lo precisemos. Incluso ofrecen alquiler de bicicletas, por si no queremos ir con tanto equipaje.
La otra alternativa es hacerlo por nuestra cuenta, usando para ello la información de las rutas que tenemos en la red. Una situación para la que el bikepacking es prácticamente obligatorio, dado que en algunos tramos de los que vamos a recorrer no vamos a tener hoteles o alojamientos cerca. En este caso, es clave tener experiencia en este tipo de rutas de larga distancia y tratar de viajar con todo lo necesario, para evitar inconvenientes.